Una vez concluido el manuscrito, toca atravesar un gran desafío: animarse a compartirlo con alguien. Cuesta exponerlo a otras miradas, aunque esa sea la finalidad de todo escrito: ser leído. Y cuando por fin se da el paso, se suele recurrir a alguien cercano, un familiar o una amistad, que tenga hábito de lectura, y si tiene un perfil similar al lector objetivo, mejor que mejor. Incluso, hay quien no tiene reparo en dejar que sean varios los pares de ojos que transiten por las páginas de su creación. Esta última opción permite contar con diferentes puntos de vista, pues cada persona tiene una forma particular de abordar la lectura.
Ambas alternativas son válidas, siempre y cuando las devoluciones de estos lectores no estén condicionadas por el vínculo que los une con quien escribe. Y lo cierto es que es bastante difícil que esto no ocurra. Por eso lo recomendable es contar con un lector profesional para que aporte una visión integral de la obra mediante un informe de lectura.

Diagnóstico especializado
Pero, ojo, no se trata solamente de apelar a la mirada objetiva de un lector especializado. Los comentarios de una persona cualificada en la materia no se limitan a un «está bien» o un «esta parte no me ha gustado tanto», sino que se basan en un análisis pormenorizado, crítico y constructivo, de la obra. Un diagnóstico que queda reflejado en el informe de lectura, que abarca los siguientes aspectos:
- Fortalezas y debilidades de la trama y los personajes
- Registro estructural: planteamiento, argumentación y coherencia
- Ritmo narrativo
- Narradores y puntos de vista
- Registro lingüístico de los diferentes personajes, diálogos, redacción y comunicabilidad
- Registro semántico: ¿a quién va dirigido?
- ¿Qué corrección necesita?
- Sugerencias
Si has terminado tu manuscrito y quieres una valoración profesional para despejar dudas sobre la trama o los personajes, asegurarte de que no haya partes mal resueltas o fallos que interfieran en su lectura y conduzcan al posible abandono del lector, no dudes en comunicarte conmigo.