Escribir no es hablar
La idea de que la escritura es una transcripción fiel de la oralidad está bastante extendida. Sin embargo, estos dos sistemas discursivos tienen diferencias significativas. La oralidad proporciona un contexto situacional natural que la escritura debe crear mediante diversas herramientas y técnicas. La planificación, el desarrollo, la estructuración, la coherencia y la corrección son ingredientes imprescindibles para la correcta interpretación de un texto.